Cuentos en miniatura

Claustro

Cada noche el hombre leía el libro bajo la luz de la farola y cuando lo cerraba concluían los sueños.


Fuga de cerebros

Dejó de pensar en el preciso instante que, cautivado por una idea seductora, huyó con ella.


Extravío

Tenía que dar un recital de poesía y perdió la erre por el camino. Fue una tarde de versos gangosos.


Seguridad gramatical

Los artículos personales serán escaneados en los aeropuertos.


Pizarra mágica

El profesor escribió en la pizarra la palabra ‘coloide’. Al girarse hacia la clase todos sus alumnos habían desaparecido.


Mantis amorosa

Lo besó y nunca más se supo.


El narrador pigmeo

Fue un escritor con muchos textículos.


Cuento predador

Devoró al lector.


Egoístas

Tenía tanto ego que le resultaba imposible soportarse a sí mismo y le disparó al espejo.


Ocultación

La pelota dibujó una hipérbola en cielo hasta que tapó el sol y se produjo un eclipse de fútbol.


Declaración de finales

Llegó el juez y dijo: «que se levanten los condenados a muerte». Y toda la humanidad se puso en pie.


Embebimiento

Le pidió un ratito de ternura sensual. Ella lo abrazó entre sus pechos y él desapareció.


Noctívagos

No dejaron de amarse durante toda la noche y cuando amaneció supieron que no existían.

Ficción súbita

Un punto final

En su blog publicó una frase de su autor favorito y cuando éste la leyó se suicidó.



Paladar

Degustaba un exquisito concierto de música hasta que una fusa se le clavó en la garganta y estuvo a punto de morir ahogado.



Indecisa

El hombre del semáforo le parpadeó varias veces consecutivas y, por una vez, ella supo que podía pasar al otro lado de su vida.



Quisicosa

Escribió un cuento incomprensible y lo dio a leer. Todos entendieron el final menos el autor.



Empuje hidrocéfalo

Por comprobar el principio de Arquímedes, sumergió su cabeza en la bañera y comprobó que el mundo se inundaba de ideas mientras él se ahogaba.



Heroína

Lo mató con la mirada.



Cuento apócrifo de Navidad

La niña de los fósforos encendió una a una todas sus ilusiones hasta agotarlas y se volvió escéptica. Al final se levantó del suelo y reclamó las condiciones a una vida digna y el reparto por derechos de autor de Hans Christian Andersen.