Salida



Cerrado el Paraíso, la gente encontró en los bares un sucedáneo. Las tabernas del mundo desde entonces se llamaron Babilonia.


Forense



A fuerza de practicar la autopsia a las palabras descubrió, en sus cadáveres, claros síntomas del atrofiado pensamiento humano.


Vagabundos


Al salir de casa se topó, sin quererlo, con un rhinovirus que deambulaba por la acera. Tenía un aspecto lamentable. En un acto de humanidad le dijo se cuidara que tenía mala cara. “Márchese a casa, métase en la cama y descanse”. Enfadado, el rhinovirus se revolvió contra él y lo colonizó.

Para la fiebre alta y los estornudos el médico le ha mandado paracetamol y tomar mucho líquido. Un alma caritativa le prepara infusiones calentitas de miel con limón. Contra la ingratitud, nada. Curarse, si acaso, y caminar de nuevo.