2

Salgo a la terraza a recortar días de invierno para luego pegarlos sobre una noche sumisa de verano y todo parece tranquilo, infinito, indiferente. La brisa agradable del mar, la música pequeña en el casete, la única mosca despierta intentando aparcar en mi nariz... Una noche menos calurosa que otras noches con trémulos perfiles que intentan romper con su estética de pared de cemento y perro callejero. La media luna ahogada en el vaso de agua provoca una conversación entre las estrellas y yo: charlamos del verano, la música clásica, la ausencia de una relación sexual fuera del mercado publicitario del sexo, sexo, sex, o.. fingir una neurosis en el bullicio urbano y el fastidioso sol castigándome los ojos inundados de colirio y sin gafas de sol, cuando quiero mirar a una buena rubia extranjera, y recordar el argumento de esa última película, Blade Runners, que me saca de la realidad y me vuelve a hacer reincidir en un cuento cotidiano:

En el lóbrego y frío pasillo se abre una puerta y por ella sale el Guti dispuesto a matar su soledad de estudiante (golpea las puertas, se detiene, entra en la cocina, come algo y llama a voces). Alguien responde con un (ahora voy! y tarda un rato en venir porque se detiene en una isla del cristal de su ventana, le rebota un reflejo de quien quiere llegar a ser, le llama un recuerdo y va hacia él, y cae, cae hacia su precipicio: la tarde era plomiza pero no importaba. Corríamos y corríamos dejándonos mojar por los cristales de agua que se clavaban en el pelo. Las manos se enfriaban por la velocidad y entornábamos los ojos por la fina llovizna. El puño de los aceleradores no parpadeaba. Al llegar al mar todo se hizo del mismo color azul grisáceo, mientras el horizonte de nubes borraba las montañas, la soledad de los muelles, el titileo sorprendente de la azafranada luz del faro: una fina ironía contra el verano. Carmelo dijo algo y rió. Habíamos comprado un pedazo de tiempo indefinido para aliñarlo con sueños que evocaban mujeres ausentes y un viaje a una isla multicolor y neumática.

No hay comentarios: