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Se sienta en el tocador y deja caer su rubia melena con reflejos de cobalto sobre la espalda desnuda para alisarla con el cepillo. Inquieta se levanta del asiento y va a mirar por la balconada, ve a unos niños que corretean en el jardín alrededor de la fuente de Fauno, llama a su hermano Juvencio y le indica que vaya a otro sitio a jugar con sus amigos, y el chaval asiente con la cabeza como diciendo sí Luci lo haremos. Se siente desazonada pero no sabe por qué y vuelve a sentarse frente al tocador, peina su larga cabellera, se acicala, con la punta de los dedos haciendo círculos sobre su cara, reparte suavemente un cosmético hecho con harina de trigo toscano, goma, bulbos de narciso y miel. Piensa otra vez en el regreso de Valerio que coincidirá con las fiestas de verano, las carreras de cuadrigas, el teatro. Volverá victorioso y cargado de distinciones, y cuando nos encuentren por la calle nos felicitarán. Iremos hasta el templo de la Bona Dea y haremos un sacrificio. Se observa las manos y vuelve a estar soliviantada. Falta poco para su regreso y tendré que preparar una fiesta en su honor. Un banquete con abundante vino, donde sus amigos, sobre todo Craso Licinio al que tanto le gusta empinar el codo, se emborracharán, y donde no ha de faltar el lechón relleno con trufas y castañas, la tortilla de huevos de avestruz y los pastelillos de lengua de alondra. Mamá Porcia vendrá esta tarde a contarme, como siempre, que su Valerio está a punto de regresar y que sigue preocupada porque su niño comerá poco, y no se abrigará en las noches con ese resfriado que marchó y andará tosiendo todo el día hasta que le dé fiebre. Y estoy segura de que volverá más delgado porque tú no sabes como es de descuidado este hijo mío, y cuando te cases te ocurrirá a ti igual que deberás estar todo el día encima de él, porque sino... Y si papá Cornelio llega con ella me echará un piropo, porque cada día estás más guapa; no sabe bien mi hijo el tesoro que ha encontrado en ti Lucilia Clodia. Su regreso será una gran fiesta y anunciaremos el día de nuestros esponsales, pero no sé qué me ocurre hoy que estoy tan nerviosa por este leve dolor que me oprime en el pecho. Será la llegada de Valerio o que va a cambiar el tiempo.

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